
Cuenta la leyenda de este lugar de reunión de Brujas, un día una de ellas tenía que parir y avisaron a una lavandera para que ayudase y entonces le dieron como regalo una bolsa de lentejas.
La lavandera que no le hizo gracia eso de las lentejas, pues las tiró.
Y al día siguiente, se puso el delantal y vió que una lenteja que se habia quedao, se convirtió en oro.